jueves, 24 de septiembre de 2009

Hugo Chávez y el retorno de Zelaya

No hay que depositar confianza en salidas diplomáticas. Es necesario advertir a los pueblos de A.Latina del desafío de defender la nueva revolución nacional y enfrentar la intervención norteamericana

La suposición del editorial de Prensa Obrera del día de hoy (24.7) de que el presidente Chávez había quedado marginado del operativo retorno de Zelaya, contraría todo lo que la prensa ha publicado con posterioridad.

Hugo Chávez habría sido el artífice de la operación, según lo que ha relatado él mismo, o habría tenido una participación importante, esto según lo transmitieron fuentes salvadoreñas al diario español El País y fuentes de la cancillería brasileña a los principales diarios de ese país. El diario financiero anti-chavista, The Wall Street Journal, denuncia a Obama por su incapacidad para impedir el retorno y reclama que Brasil entregue a Zelaya para que sea juzgado por los gorilas hondureños.

Políticamente, sin embargo, la intervención de Chávez no cambia la caracterización de conjunto. Él mismo dice haber aconsejado a Zelaya a buscar la protección de la embajada brasileña, pues las de El Salvador, Venezuela o Nicaragua hubieran sido asaltadas por el ejército de Honduras.

Sea como fuera el protagonismo político ha sido cedido a Lula y a Obama. Vuelve al primer plano la propuesta del presidente de Costa Rica, Oscar Arias, que cuenta con el aval unánime de la OEA, que prevé el regreso de Zelaya a la Presidencia al único fin de legalizar las elecciones previstas para el 29 de noviembre próximo, y amnistiar a la administración golpista.

Es claro, sin embargo, que el plan Arias ha quedado superado por los acontecimientos. El margen de un acuerdo con el régimen se ha agotado, y de otro lado las masas han ido muy lejos en su movilización en la política. La salida al impasse sería, efectivamente, convocar a una Asamblea Constituyente, pero esta variante tiene el veto del ‘establishment’ norteamericano, incluido el Comando Sur de los Estados Unidos. ¿Cuál es el planteo alternativo de Venezuela? Si el operativo retorno que se adjudica Chávez se limita a poner a Lula y a Obama contra la pared de los hechos consumados, el fracaso será grandioso.

En algunos diarios internacionales ha trascendido que la o­nU y la OEA contemplan la posibilidad de enviar a Honduras “una fuerza de paz”, pero esto podría producir un efecto disgregador sobre las fuerzas armadas de Honduras y una crisis en América Latina. Mientras las cancillerías se ufanan en imaginar compromisos, sobre el terreno las cosas ya han ido más lejos.

El partido Nacional, que encabeza la intención (escuálida) de votos, se ha pronunciado por una negociación. Mucho más importante aún es el hecho de que las masas han sido ganadas por un espíritu insurreccional. Bastaría una defección en el ejército para que la situación se asemeje a la de Santo Domingo, en 1964, cuando un levantamiento popular se apoderó del poder en la ciudad, y poco más tarde el presidente norteamericano, Jonson, envió 40 mil marines squo para restablecer el ‘orden’.

Es cierto que el cuadro histórico de América Latina no es el mismo. La crisis hondureña se ha inscripto ya en una nueva etapa de la revolución latinoamericana. Pero también en 1965 estaba fresca aún la victoria de la Revolución Cubana. Nuestra conclusión es que no hay que depositar ni un gramo de confianza en las salidas diplomáticas y que es necesario advertir a los pueblos de América Latina de que enfrentamos el desafío de apoyar y defender una nueva revolución nacional, y enfrentar la intervención norteamericana.

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