viernes, 13 de noviembre de 2009

El número de muertos por las lluvias torrenciales en El Salvador asciende a 184

Las personas muertas como consecuencia de las intensas lluvias que afectaron a El Salvador el fin de semana pasado subió de 157 a 184, mientras el número de refugiados en albergues asciende a 14.166, informó el jueves a la AFP el director de Protección Civil del país centroamericano, Jorge Meléndez.

Las personas muertas como consecuencia de las intensas lluvias que afectaron a El Salvador el fin de semana pasado subió de 157 a 184, mientras el número de refugiados en albergues asciende a 14.166, informó el jueves a la AFP el director de Protección Civil del país centroamericano, Jorge Meléndez.

"La cifra de fallecidos hasta las 20h00 locales (las 2h00 GMT del viernes) se incrementó luego de que, sólo en San Vicente (este del país), se localizaran 21 cadáveres", comentó Meléndez.

El Salvador busca reponerse de las lluvias torrenciales que el fin de semana anegaron viviendas, destruyó cultivos, puentes y una parte significativa de la red vial. El presidente salvadoreño, Mauricio Funes, ordenó el jueves al Ejército iniciar una de las mayores operaciones de entrega de alimentos a los damnificados por la tragedia, en la que participan un total de 1.263 militares.

"La operación ya está en ejecución", declaró a la AFP el jefe del departamento de Comunicaciones del Ejército, el coronel Eduardo Figueroa. Como en las situaciones de emergencia que vivió El Salvador con los dos terremotos de 2001, el Ejército prepara en el Centro Internacional de Ferias y Convenciones, en el sector oeste de la capital, los paquetes que serán enviados a las zonas anegadas por las fuertes lluvias del fin de semana.

El ministro de la Defensa, general David Munguía, aseguró que el Ejército se encargará del traslado de la ayuda desde el aeropuerto internacional hasta el centro de Ferias y luego procederá a la custodia y distribuición de la misma en las localidades afectadas. "El presidente ha estado muy preocupado en el sentido de que la ayuda humanitaria que vamos a recibir sea bien resguardada y el destinatario final sea quien realmente lo necesite", comentó Munguía.

En tanto, el ministro de Obras Públicas, Gerson Martínez, aseguró que un total de 93 carreteras entre primarias y secundarias "sufrieron daños" y sólo se habían desbloqueado 38. En diferentes puntos del país, trabajan 300 máquinas, de las cuales 100 son del ministerio de Obras Públicas y el resto de la empresa privada que colabora en la emergencia.

Una de las vías que ya se rehabilitó al paso de vehículos es la que une los pueblos de Guadalupe y Verapaz, dos de las localidades más afectadas por el deslave del volcán Chichontepec, a unos 70 km al este de San Salvador, y que necesitan la llegada de ayuda humanitaria. "Tenemos sobre el terreno en este momento 1.534 trabajadores, entre ingenieros, técnicos y trabajadores en general. En labores de rehabilitacion, se incluye además a 682 trabajadores del Fondo Vial", subrayó Martínez.

El saldo de puentes "gravemente afectados", según el ministro, es de 38. Obras Públicas atiende 120 deslizamientos de tierra, que significarán la retirada de 500.000 metros cúbicos de material y que costarán unos 7,5 millones de dólares. En total, el estimado preliminar de inversión es de 88,5 millones de dólares.

Por su parte, el presidente de la Cámara Salvadoreña de la Industria de la Construcción (CASALCO), Mario Rivera, declaró que la prioridad inicial de su gremio fue ayudar a las personas, después lograr la conectividad de las vías, condición indispensable "para que la ayuda pueda llegar a los afectados".

"Lo que yo he visto en Verapaz sobrepasa cualquier situación de las anteriores, aunque siempre ha habido dolor y desgracias humanas", comentó Rivera, quien aseguró que la CASALCO seguirá acompañando a los afectados y al gobierno en toda la fase de emergencia y limpiar las carreteras.

Una de las preocupaciones del ministro Martínez es que, producto del deslave que arrastró rocas de hasta siete metros desde lo alto del volcán Chichontepec, se abrió una grieta de casi siete kilometros de largo que seguirá representando un peligro en la zona. Otros expertos anticiparon esta semana la necesidad de levantar los asentamientos poblacionales damnificados en un lugar más distante y más seguro.

Fuente: AFP

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